VII Estación

JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ
Nuestras recaídas en el pecado fueron la causa de las numerosas
caídas de Jesús en su doloroso camino hacia el Calvario. Es
necesario que tomemos en serio nuestro compromiso cristiano,
recordando que hemos sido salvados por la sangre de Cristo,
el Hijo de Dios. « Como hijos obedientes, no vivan más como
en el tiempo anterior, cuando todavía ignoraban y se guiaban
por sus pasiones. El que los llamó a ustedes, es santo; y
también ustedes han de ser santos en toda su conducta, según
dice la Escritura: Ustedes serán santos porque yo lo soy. No
olviden que han sido liberados de la vida inútil que llevaban antes,
imitando a sus padres, no mediante un rescate material de oro
y plata, sino con la sangre preciosa del Cordero sin mancha ni
defecto. Aménse unos a otros de todo corazón, ya que nacieron
a otra vida que no viene de hombres mortales: ustedes ahora
viven por la palabra eterna del Dios que vive y permanece.
Esta es la Buena Nueva, que llegó a ustedes»
(1 Pe 1,14-16.18-19.22b-23.25).

OREMOS
Señor Jesús, perdónanos por nuestras recaídas en el pecado.
Danos la fuerza de tu Espíritu, para que podamos resistir a los
ataques del demonio. Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos,
que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.


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