VI Estación
LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS
Mientras Jesús trata de seguir adelante, una mujer se le acerca
y le enjuga el rostro con una toalla, quedando en ella la imagen
de su cara. Cada cristiano tiene que imitar a la Verónica,
procurando transformar su misma vida en una imagen de Cristo.
Escuchemos a San Pablo: « Hagan morir lo que les queda de vida
terrenal, es decir, relaciones sexuales impuras, cosas prohibidas,
pasión desordenada, malos deseos y esa codicia que es una
manera de servir a los ídolos. Ustedes se despojaron del hombre
viejo y de su manera de vivir para revestirse del hombre nuevo,
que se va siempre renovando y progresando hacia el conocimiento
verdadero, conforme a la imagen de Dios, su Creador» (Col 3,5-10).
OREMOS
Señor Jesús, graba en nuestros corazones la imagen de tu rostro.
Que nunca nos olvidemos de ti.
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos, que por tu Santa Cruz
redimiste al mundo.